lunes, 12 de junio de 2017

Conversaciones II - Inquitudes

Hoy tuve una conversación a través de una red social con un chico que tenía pareja. A él le llama la atención este ambiente, ella ni se lo había planteado y al hablarlo con su pareja tuvo una bronca como respuesta.
Es curioso como tenemos tan arraigada esta forma de ver las relaciones que hasta sincerarnos y expresar algo que nos da morbo y nos hace fantasear nos hace sentirnos culpables. Y es curioso, además, que con la persona que compartimos nuestra vida tengamos que andar callándonos y reprimiéndonos.

Varias cosas al respecto:
  • Que nuestra pareja fantasee con otras personas no significa que haya dejado de querernos, que vaya a dejar de querernos, que quiera hacernos daño o cosas por el estilo.
  • Que nuestra pareja nos confiese sus más ocultas fantasías es símbolo de que confía en nosotros y que quiere hacernos cómplices de sus ideales sexuales, no que sea una persona pervertida y depravada.
  • Que no nos hayamos planteado esas fantasías y nuestra pareja sí, no significa que sean peores y debemos respetarlas.
  • Si ante una confesión así respondemos con bronca es posible que en futuras ocasiones directamente se evite hablar del tema, (aunque no desaparecerá, solo que no se compartirá con la pareja).
Mi experiencia me ha dicho que las cosas hay que hablarlas, aunque duela ver cómo esas cosas chocan con nuestra forma de pensar hasta ahora. Aunque duela sacar conclusiones erróneas, aunque duela pensar que es el fin, hay que hablar!!! No hay nada más bonito que poder expresar sin miedo lo que nos apetece, lo que nos gustaría, lo que queremos y con quien (aunque no sea la pareja).

Sentirnos libres para expresar no significa ser infiel. La infidelidad no es acostarse con otras personas, ni pensar en otras personas, la infidelidad es romper un contrato establecido con la pareja.

Por lo que, si tu sientes que te gustan o te excitan una serie de cosas y a tu pareja no, deberíais hablarlo y llegar a un punto en el cual ambos os encontréis a gusto. No creo que haya que privarse de nada, solo consensuar evitando hacer daño, pero cediendo ambas partes hasta llegar a un punto que no se pueda ceder más, pero tampoco un punto que vaya en contra de nuestros principios.
Desear no es algo malo, no nos sintamos culpables por hacerlo.

2 comentarios:

  1. Creo que cada cual debería de saber a quien tiene por pareja y que limites y limitaciones tiene la otra persona, así la gente no se metería estérilmente en según que "jardines" (en esto y en muchos otros temas dispares)

    Hay temas que al margen de su temática, se sabe que solo van a producir desinterés ó crispación en la otra persona y eso debería de saberse antes de plantearlos, de igual forma que habrá personas que sean potencialmente receptivas a según que propuestas o posibilidades de índole dispar.

    Que nuestra pareja fantasee con terceras personas dependerá de si esas terceras personas son conocidos o ajenos, no es lo mismo fantasear (por decir algo) con Sinatra o la Monroe (que además de difícilmente accesibles, ya están muertos), que hacerlo con las vecina o el vecino de abajo o la amistad común, la cargas y las posibilidades no son remotamente ...ni parecidas, ni por tanto las posibilidades de que esa fantasía o deseo finalmente se realice.

    Tu pareja puede ser una pervertida o una depravada -servidor es un satiro 0:)- y tiene que tener la confianza de contarte todo lo que estime oportuno y tu de obrar como estimes oportuno, ser pareja no es sinónimo de aceptación obligatoria en todo, por esto y por lo comentado anteriormente, las parejas discuten, como discuten los amigos y cualquier relación personal ante una situación que confronta partes con posturas antagónicas.
    Por eso es necesario conocer a tu pareja y saber los limites y riesgos que conlleva esa relación para asumirlos y actuar en consecuencia como cada cual estime oportuno.

    En temas (de cualquier índole) que son propensos a tensión, lo mejor es abordarlos en genérico para pulsar la opinión de la otra parte sin necesidad de entrar desde el inicio en lo personal.

    En pareja (tal y como define la RAE), no hay cabida a terceros al ser una relación monógama por excelencia y definición propia.
    En una relación liberal o una relación abierta es otro cantar bien distinto, aquí, por tanto, el uso del lenguaje tiene su peso y valor específicos, estableciendo y delimitando las diferencias.

    Por lo demás, creo que si no puedes decirle a tu pareja según que cosas tienes un problema y viceversa, pero es que esto es algo recurrente en muchas parejas que o bien no se conocen como debieran o bien están y mantiene la relación por condicionales de diversa índole (generalmente económicos y familiares), algo que por desgracia es bastante mas común de lo deseable.

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  2. Efectivamente, si a tu pareja no pueden contarle algunas cosas y, más las que influyen o podrían influir en la relación, apaga y vámonos. Que esto no significa que haya que aceptarlo sí o sí, pero el mero hecho de poder hablar de ello dice mucho del tipo de relación que se tiene.

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